lunes, 28 de noviembre de 2016


Brisa que se alimenta con el sueño del campesino, 
nacida tal vez de la frescura de los arroyos 
y de los mil colores de las tantas florecillas, 
alma y cuerpo del cielo infinito y la tierra inmensa; 
que nunca se cansa, que siempre esta hambrienta y despierta; 
que danza con las hojas y las plumas de los pájaros; 
buena brisa, heredera de la frente de la aurora, 
de aquellos muslos voluptuosos de las gran montañas; 
favorecida del inseparable verde campo; 
y de aquella melodiosa música de la tarde; 
que toma impulso hasta los quietos e inmortales cielos 
para reclamar su fuerza y hálito de dios eterno. 


domingo, 28 de febrero de 2016

" La pintura hasta Velázquez había querido huir de lo temporal y fingir en el lienzo un mundo ajeno e inmune al tiempo, fauna de eternidad. Nuestro pintor intenta lo contrario: pinta el tiempo mismo que es el instante, que es el ser en cuanto que está condenado a dejar de ser, a transcurrir, a corromperse. Eso es lo que eterniza y ésa es según él, la misión de la pintura: dar eternidad precisamente al instante ¡casi una blasfemia! He ahí lo que para mí significa hacer del retrato principio de la pintura. Este hombre retrata el hombre y el cántaro, retrata el acontecimiento, esto es el instante. En fin, ahí tienen ustedes Las Meninas, donde un retratista retrata el retratar". 

 

 José Ortega y Gasset: Introducción a Velázquez, 1954


martes, 26 de enero de 2016






Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.
Franz Grillparzer