domingo, 28 de febrero de 2016

" La pintura hasta Velázquez había querido huir de lo temporal y fingir en el lienzo un mundo ajeno e inmune al tiempo, fauna de eternidad. Nuestro pintor intenta lo contrario: pinta el tiempo mismo que es el instante, que es el ser en cuanto que está condenado a dejar de ser, a transcurrir, a corromperse. Eso es lo que eterniza y ésa es según él, la misión de la pintura: dar eternidad precisamente al instante ¡casi una blasfemia! He ahí lo que para mí significa hacer del retrato principio de la pintura. Este hombre retrata el hombre y el cántaro, retrata el acontecimiento, esto es el instante. En fin, ahí tienen ustedes Las Meninas, donde un retratista retrata el retratar". 

 

 José Ortega y Gasset: Introducción a Velázquez, 1954