" La pintura hasta Velázquez
había querido huir de lo temporal y fingir en el lienzo un mundo ajeno e
inmune al tiempo, fauna de eternidad. Nuestro pintor intenta lo
contrario: pinta el tiempo mismo que es el instante, que es el ser en
cuanto que está condenado a dejar de ser, a transcurrir, a corromperse.
Eso es lo que eterniza y ésa es según él, la misión de la pintura: dar
eternidad precisamente al instante ¡casi una blasfemia! He ahí lo que
para mí significa hacer del retrato principio de la pintura. Este hombre
retrata el hombre y el cántaro, retrata el acontecimiento, esto es el
instante. En fin, ahí tienen ustedes Las Meninas, donde un retratista
retrata el retratar".
José Ortega y Gasset: Introducción a Velázquez,
1954
No hay comentarios:
Publicar un comentario